domingo, 17 de septiembre de 2017

Explota tu curiosidad

En esta ocasión traíamos noticias que, además de curiosas, son más que sorprendentes. Os contábamos que el pasado mes de febrero se subastó la pieza de Lego más cara de la historia, con un valor de prácticamente 18 500 euros. Es una figura con el mismo tamaño que las originales pero en lugar de ser de plástico es de oro macizo de 14 quilates. Solo existen 10 piezas como esta en todo el mundo. Y es que entre 1979 y 1981 se hacían estos regalos a los empleados que llevaban más de 25 años trabajando en la fábrica (y a algunos socios) y parece que la de esta vez pertenecía a una de las primeras personas que contribuyó a la expansión de Lego en Italia.


Y la otra sorpresa que os teníamos preparada es la de que una mujer fue capaz de construir una casa solo viendo vídeos tutoriales de Youtube. Tardó 9 meses, pero finalmente pudo construir un hogar para ella y sus cuatro hijos hecho con sus manos. Después de buscar varios terrenos en los que comenzar a edificar en 2008 Cara comenzó a ver vídeos para apuntar que herramientas sería las que necesitaría y cuanto le costaría conseguir todo el material. Sus cuatro hijos fueron los encargados de ayudar a su madre en el proceso de construcción. Además, ahora, su historia se cuenta también en un libro: Rise:
How a House built a family? (¿Cómo una casa construyó una familia?).



En esta ocasión, en el Revuelto Curioso serán las joyas las protagonistas de nuestra sección. Aunque parezca mentira, estos ornamentos tienen más de una curiosidad que te hará quedarte con la boca bien abierta. Por ejemplo, con la ley que prohibía la venta de joyas tras la puesta de sol. Su sentido residía que los clientes podían ser engañados por la falta de luz, así que se prohibió negociar con ellas. Hablamos del año 803, tiene lógica. Y es que las joyas siempre han denotado la posición social del portante (o la que quería aparentar), en la antigua Roma, por ejemplo, las joyas para el pelo lo eran. Cuanto más complicada o llamativa era, indicaba un mayor nivel social.



Aunque creamos que las joyas solo son “ponibles” en actos concretos o en ocasiones especiales, la verdad es que han invadido nuestra cotidianidad. El anillo nupcial, por ejemplo, acabó sustituyendo a otras viejas prácticas, como la de atar un nudo entre los novios o partir una moneda de oro o plata (para que cada miembro de la pareja se quedara con una de las mitades). Pero, a nuestro parecer, hemos llegado a unos límites un tanto peligrosos, pues la última moda es implantarse joyas en los ojos. El doctor Emil Chynn de Manhattan se ayuda de un láser para hacer un pequeño corte en el ojo y colocar la pieza.


Y por último, en lo que respecta a este tema, os contábamos cómo son o cómo se han descubierto las joyas más grandes de la historia. En Australia fue descubierto en al mayor ópalo negro, al que llamaron Cometa Halley. Y el diamante Cullinan es el más grande del mundo y fue hallado en el año 1905 en Sudáfrica. Pesaba medio kilo. La piedra fue divida en 9 partes para aprovechar al máximo sus cualidades.  La parte más grande pesa 520 quilates y forma parte de las Joyas de la Corona Británica. Pero es que además, en Sudáfrica se encuentra el 50 % de las reservas de oro de todo el mundo.



En la sección de Cine os contábamos algo más, no solo de la película, sino también de la multinacional McDonald’s. Y es que, en 1940 los hermanos Maurice (Mac) y Richard (Dick) McDonald fundaron una hamburguesería bajo el nombre de Bar-B- Q Mcdonald en San Bernardo, EE.UU. En poco más de diez años, la marca se expandió por el país. Fue entonces cuando un empleado de los hermanos, Ray Kroc, se convirtió en el fundador de la red de comida rápida. ¿Cómo pudo pasar?



Según el acuerdo entre los hermanos y Kroc firmado en 1961, el ex empleado tuvo que pagar unos 2,7 millones por la compra de la marca, además de entregarles un 0,5 % de todos los beneficios que generara. A pesar de que Kroc aceptó, el precio le pareció exagerado y decidió llevar a cabo una serie de venganzas. Lo primero fue abrir su primer restaurante a tan solo unos metros de la hamburguesería original. También se negó a pagarles el porcentaje acordado, que solo en los 70 suponía unos 15 millones de dólares.



Finalmente, y aunque Kroc tuvo que reconocer sus artimañas en toda esta historia, murió con un patrimonio de unos 500 millones de dólares. Fue un tipo listo y supo manejar sus negocios, aunque no siempre con buenas artes. Respecto a la peli, os contamos que estuvieron a punto de dirigirla los hermanos Coen, pero por problemas de horarios, finalmente, no pudo ser. Michael Keaton es el protagonista y el papel que encarna es el del mismísimo Ray Kroc. Para el rodaje tuvo que aprender a dar clases de piano. Sin embargo, además de un gran actor, y en un alarde de generosidad, decidió alquilar dos camiones de helado para sus compañeros de trabajo después de verles agotados.



En la Historia de esta semana, una batalla era la protagonista, la de Karánsebes. Contextualizamos, durante la guerra Ruso-Turca (1787-1792), cuando el ejército austríaco luchó contra sí mismo por haber confundido al contrincante con tropas del Imperio Otomano. Soldados del mismo ejército matándose por error. El emperador José II de Austria, que era aliado de la Zarina de Rusia, se dirigió con un ejército de 100 000 hombres a la frontera turca en las proximidades de la ciudad de Karánsebes (actual  Rumanía) con la intención de forzar un encuentro con las tropas turcas. Hecho relevante es que sólo una mínima parte de la tropa estaba formada por austriacos. La mayoría eran pueblos sometidos (italianos, serbios, croatas, húngaros, rumanos) y muy pocos de los soldados hablaban alemán, la lengua del emperador.



Una vanguardia de la caballería austríaca (húsares) fue la primera en llegar. Su misión era la de explorar y limpiar el territorio de posibles enemigos o de espías turcos, pero allí no había soldados. Los únicos que aparecieron fueron unos vendedores de aguardiente que ofrecieron su producto a los soldados. Estos aceptaron, puesto que su trabajo estaba hecho y solo tenían que esperar a que llegaran los refuerzos.



Cuando estos llegaron, exigieron su trago de alcohol, pero los primeros (quienes habían pagado la bebida) se negaron y se dispusieron en barricadas para proteger el ansiado licor. Esto supuso una ardua batalla que culminó con un disparo, al aire, pero igual de alarmante. Los rumanos creyeron que el disparo lo había hecho un francotirador turco y comenzaron a gritar. “¡Turcii! ¡Turcii!”, (¡Los turcos!). Los húsares salieron corriendo. Los infantes se
desbandaron.



Los oficiales austríacos entraron en escena y comenzaron a gritar ¡Halt! (¡Alto!). Sin embargo los soldados creyeron oír “¡Alá!”, es decir, alguien estaba gritando el nombre de Alá, y eso solo podían hacerlo los otomanos. Ahí el caos se multiplicó. Sin embargo, otras tropas estaban llegando y un oficial de caballería al ver a los húsares dando vueltas alrededor del campamento revuelto ‘supo’ que se trataba de un ataque de la caballería turca. Así que ordenó una carga, sable en mano, contra lo que creía el enemigo. Desde otro punto, un cuerpo de artillería abrió fuego contra los jinetes creyendo que eran
los turcos, una vez más. Ya enloquecidos, los soldados se dispersaron disparando a todo lo que se movía, creyendo que los turcos estaban por todas partes.



Finalmente hubo suerte y todo aquel ejército se replegó para evitar al enemigo, que no era otro que ellos mismos, y la cosa se tranquilizó. Aunque cuando esto ocurrió gran parte de las tropas se habían aniquilado entre ellas y los que quedaban en pie se encontraban confundidos y conmocionados. El emperador José II, que estaba durmiendo en su tienda, se despertó y contempló todo el jaleo que le rodeaba. Trató de montarse en su caballo para huir de la turba que corría hacia él, pero el caballo del emperador se espantó y José II de
Habsburgo, cayó sobre un charco de lodo. Empapado, el emperador contempló como su ejército se autodestruía. Dos días después, el ejército otomano llegó al lugar donde debían enfrentarse al ejército austriaco, pero cerca de 10 000 hombres habían muerto o se encontraban gravemente heridos, por lo que no encontraron resistencia y tomaron la ciudad. El emperador José II, que moriría un par de años después, mandó poner en su epitafio: Aquí yace José II, que fracasó en todo lo que emprendió.



Y, finalmente, hemos llegado la sección de Música cuya protagonista es la magnífica Raffaella Carrà. Transgresora y rompedora con su estilo más comercial nos hizo conocer la “otra” música italiana, a la que sus convecinos no nos tenían acostumbrados. Italiana de nacimiento, de Bolonia más concretamente, es bien conocida en toda Europa, pero también en América. Ha llegado incluso a presentar programas de televisión debido a su “fluidez” con el castellano. Ha trabajado en Argentina, Chile, México y Perú, pero también presentó un programa en TVE.



Comenzó su trayectoria con 9 años participando, casi por casualidad, en una película Tormento del passato. Esto ocurrió cuando, en un viaje con su madre a Roma, la animó a que participara en el casting a través de un amigo de la familia. Este inicio hizo que a los 15 años decidiera, finalmente, inscribirse en el Instituto de Cinematografía para estudiar danza y, más tarde, en el Centro Experimental de Cinematografía en Roma.



En 1965 llegó a trabajar en Hollywood, aunque volvió pronto a Europa para continuar en cine y televisión. La vida que llevaba en Los Angeles no era lo que ella esperaba la madre patria la llamaba. Carrà apareció en la película El coronel Von Ryan junto a Frank Sinatra, Edward Mulhare y Trevor Howard. Se codeaba con los más grandes. Ya de regreso a Italia, firmó un contrato para participar en el programa francés Nino Ferrer, con la condición de disponer de tres minutos para hacer lo que quisiera. Gracias a esto, se convirtió en un éxito
inmediato.



A partir de este momento la RAI la contrató para que presentase un show nocturno, Canzonissima 70. De esta manera, la artista se hizo más conocida a nivel nacional, entre otras cosas, porque enseñaba el ombligo, algo muy inusual en ese entonces. Tiempo después por esta razón es censurada por el Papa por su tema Tuca Tuca. En 1975 llegó a España con el programa ¡Señoras y señores!, participación que aprovechó para lanzar un álbum recopilatorio con versiones de sus canciones cantadas en castellano. Que una
cosa no quita la otra.



En la década de los 80, volvió a la RAI, quien decidió colocarla en la franja del mediodía con un programa que marcará a fuego la época: Pronto…Raffaella? Hay que destacar que más que un programa de televisión fue un verdadero fenómeno cultural sobre el que muchos analistas se detuvieron. De cero se pasa a 14 millones de espectadores y las familias italianas se movilizan para ver el programa durante la hora de la comida. En los 90 Raffaella graba un nuevo álbum, Inviato Especiale, que sube rápidamente en las listas de ventas y que contiene la canción Ballando Soca Dance, un nuevo baile de las Antillas
que se cuela en las discotecas de toda Italia y que Raffaella explica cómo bailarlo en los programas donde acude como invitada a promocionar el disco.



Volvió en la década de los 2000 a España en la gala de celebración de los 50 años de TVE. Pero años más tarde trabajaría con el DJ Bob Sinclar para remezclar uno de sus mayores éxitos, A far l´amore comincia tu. Todo un acierto. Aquí os dejamos esta canción que volvió a llevar al éxito a la gran Raffaella. 





¡¡NO DEJÉIS DE SER CURIOSOS!!