Adictos a las curisidades

Esta semana tenemos unas noticias de lo más curiosas, como por ejemplo estos gemelos que no se conformaron con nacer el mismo día, si no que sus hijos también lo han tenido que hacer y el pasado 24 de noviembre nacieron los pequeños en Reino Unido. Era difícil, pero nada es imposible.

Pero también tenemos las curiosidades que nos llegan desde China, que ha creado un carril únicamente para los peatones que utilices sus smartphones y que no tengan ni un segundo que perder, ni siquiera para ver si se tropiezan o no. ¿qué opináis? ¿es una buena idea separar a estos usuarios y que se piensen más seguros? ¿deberíamos plantearnos levantar más a menudo nuestras miradas de las pantallas?

Y por último, la noticia de un divorcio más que exprés, ya que una pareja, encontrada en Las Vegas, y habiéndose conocido sólo unas horas antes, decidió casarse en la mítica ciudad del juego. Pero los efectos del alcohol, pueden parecer mágicos al principio y hacernos ver la realidad mucho más bonita de lo que es. Pero al día siguiente, nos topamos con unas imágenes que quizá no nos gusten. Todos hemos “llorado” al ver la cartera o la lista de llamadas o mensajes, pero esta novia lloró porque la abandonaron al poder verle el rostro para las fotos de boda.

Pero aquí no queda la cosa, y esta semana el revuelto nos trae adicciones de lo más curiosas, como la chica que es adicta a comer, nada más y nada menos que esponjas. Llega a comerse dos esponjas grandes a la semana, una barbaridad…

Pero esta no es la más curiosa de las addiones relacionadas con comer, ya que  Kesha es adicta al papel higiénico. A comer bolitas de papel higiénico! Pero es peor el caso de Shannon, quien bebe hasta 12 cucharaditas de gasolina al día!!

Y como hemos anunciado, en nuestra sección de cine os hablamos sobre uno de los directores, guionistas, actores, músicos, humoristas y escritores más carismáticos del mundo, Woody Allen. Un judío que se ha reído de todo el mundo, y de sí mismo el primero. Ha llevado el humor hasta un límite muy distinto a las fronteras del humor estadounidense.

No fue un buen estudiante, y de hecho uno de los peores momentos de su vida fue el momento en el que se vio obligado a pasar a la escuela pública, y no habla nada bien de ella. De su época de estudiante, dice: «Yo no quería ser Bogart, tampoco quería ser John Wayne. Yo sólo quería ser el capullo de la clase, quería ser ese chico con gafas que nunca consigue a la chica, pero que es divertido y cae bien a todo el mundo».

Quisquilloso y exigente consigo mismo y con los demás, no ha sido capaz de quedar satisfecho con todas las obras que ha llevado al cine. Asegura que sólo dos le han convencido. Recordamos que Woody Allen estrena una película por año, con una planificación muy estructurada de tiempos.

Y por último, contaros que el director, tiene muchas fobias: Es claustrofóbico, agorafóbico; le asustan las duchas con desagüe, los túneles, el campo de noche, cambiar el menú del desayuno o variar su ropa.

Y en la sección de historia, Cortázar que ha sido uno de los autores más innovadores de su tiempo. Ha roto moldes con su escritura y narrativa original y fuera de una linealidad clásica. Hijo de un diplomático, su infancia se pasó entre viajes, y define su nacimiento como: «Un producto del turismo y la diplomacia».

Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí, poco tiempo más tarde,  a Barcelona, donde vivieron un año y medio. A los cuatro años volvieron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana.

Y por todos es conocida su obra estrella, Rayuela que en su origen no iba a llamarse así, sino que su nombre iba a ser Mandala. Mandala significa, según el diccionario de la RAE, en el hinduismo y en el budismo, dibujo complejo, generalmente circular, que representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación. 

Aquí os dejamos con una canción de India Martínez